Nuestra vida como ente físico, depende de la respiración: de la inspiración y de la espiración de aire. Dentro del útero, la respiración de la madre transporta los nutrientes al nonato. En el momento de nacer, el bebé comienza a respirar por sí mismo. En términos astrológicos, esa primera respiración determina las circunstancias del nacimiento del niño: la posición de las estrellas y los planetas en el espacio, que afecta a las ondas vibratorias de conciencia presentes en el momento en el que el tiempo y el espacio se hacen presentes para el recién nacido. Todo lo que contiene el mundo material interpenetra en el niño con su primera respiración. Esa respiración se sigue produciendo en una unión de naturaleza sinergética con el latido del corazón durante toda su vida.
La respiración transporta la misma enregía que impregna a todo el universo. En las distintas culturas recibe el nombre de Shakti, Prana, Chi, o simplemnente, Fuerza Vital. Tal vez, la definición más amplia y descriptiva sea aquella que nos une a todos a través de la respiración.
Cada respiración que realizamos introduce en nuestro cuerpo la misma energía que comparten todos los seres vivos del planeta. No puedo separar "mi" aire del aire de mi vecino. No puedo aisalar o guardar el aire que exhalo del resto del mundo. La unidad inevitable del aire, del común denominador del aire que respiramos, se hace más evidente cuando observamos que los conflictos entre los fumadores y los no fumadores aumenta cada día más.
La alondra respira el aire y, a continuación, lo espira en forma de melodía. La brisa, invisible e imposible de medir, hace susurrar las hojas del álamo y se crea música. Los músicos reconocen y veneran la respiración como la corriente de la que depende el tono, la intensidad, el volumen, la emoción y la belleza. El flautista respira energía vital a través de un tubo hueco para producir sonido. El cantante utiliza el instrumento del cuerpo para transformar la energía en una canción. Incluso cuando la respiración no está directamente relacionada con la producción de un tono- por ejemplo, cuando tocamos un instrumento de percución o de cuerda-, también tienen un papel esencial en la creación de música.
Todos los interpretes experimentan la aceleración de la respiración que se produce con la aparición del miedo escénico. Muchos músicos practican algún tipo de respiración consciente, como la meditación o el yoga, para aplicar la técnica de la respiración suave y consciente a su interpretación. Son conscientes de que la respiración mejora su creatividad y su capacidad artística.
A través de la conciencia de la respiración y del sentimiento de flujo de energía vital, o prana, que se mueve a lo largo del cuerpo, los músicos transmiten a su música y a sus oyentes la conciencia de que existe una fuerza que mueve, sostiene e impregna al universo. El músico nos recuerda que todos compartimos un único aliento.
Extracto del libro:
"Musicoterapia"(La Autotransformación por medio de la música)
Joanne Crandall
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