Verso VIII
La suprema bondad es como el agua,
que todo lo nutre sin esfuerzo.
Fluye por lugares bajos que todos detestan,
y, por eso, es como el Tao.
Vive de acuerdo con la naturaleza de las cosas.
Que tu morada esté cerca del suelo.
Que tu pensamiento vaya al corazón.
En el trato con el prójimo, sé amable y generoso.
Mantén siempre tu palabra.
Gobierna con equidad.
Sé oportuno y elige el momento adecuado.
Quien vive de acuerdo con la naturaleza
no va en contra del curso de las cosas.
Se mueve en armonía con el momento presente,
sabiendo siempre qué es lo que tiene que hacer.
Según las enseñanzas de Lao Tse, el Tao y el agua tienen naturalezas análogas. Eres el agua, el agua es tu ser. Piensa en los primeros 9 meses de tu vida, después de tu concepción. Vivías dentro de un líquido amniótico del que te nutrías, o lo que es lo mismo, dentro de tí fluía un verdadero amor incondicional... y fluía contigo. En este momento, estás formado en un 75 % de agua( en tu cererbro el agua es el 85 %) y el resto es simplemente agua "musculada".
Piensa en la misteriosa naturaleza mágica de esta energía líquida que no sabemos valorar. Si intentas exprimir el agua, se te escapa; si introduces tus manos en ella para relajarlas, sientes inmediatamente su contacto. Cuando no está en movimiento, se empantana. Si se la deja que fluya, conservará su pureza. No busca en las alturas para situarse por encima de todas las cosas sino que se queda en lo lugares más bajos. Forma ríos, lagos y corrientes; se dirije al mar para después evaporarse y caer de nuevo en forma de lluvia. No planifíca nada y no tiene preferencias. No tiene la intención de procurar sustento a los animales y las plantes. No tiene planes para irrigar los campos o aplacar nuestra sed, ni para que podamos nadar, navegar, esquiar o hacer submarinismo. Estas son algunas de las maneras de aprovecharla que el agua nos ofrece de forma natural, simplemente haciendo lo quer hace y siendo lo que es.
De acuerdo con el Tao, debes apreciar con claridad los paralelismos entre ti mismo y esa sustancia que fluye con naturalidad preservando la vida. Dado que eres agua, vive como el agua. Vive con alegría, como alegre es el fluido que te da energía y te sustenta. Haz que tus pensamientos y acciones se muevan con soltura de acuerdo con la naturaleza de todas las cosas. Lo natural en ti es permitir que los demas sean libres de hacer lo que les gusta y de ser como le dicten sus necesidades, sin que tú interfieras. Es natural confiar en el flujo eterno, ser fiel a lo que tu interior te pide y cumplir con tu palabra. También es natural tratar a los demás de igual a igual. Todo esto puede aprenderse observando el discurrir del agua que sostiene la vida eterna. El agua simplemente se mueve y, por ser lo que es, de ella provienen cosas buenas. Es una sustancia en armonía con el momento presente que conoce de manera precisa como tiene que comportarse.
A continuación veamos qué es lo que Lao Tse podría decirnos, en base al contenido del verso octavo del Tao Te Ching:
"Cuando eres libre para fluir como el agua,
eres libres para comunicarte con la naturalidad.
Y asï, la información se intercambia y el conocimiento
avanza de una manera que beneficia a todos."
Cuida de no asignarte a ti mismo un lugar importante por encima de los demás. Sé receptivo con todo el mundo, especialmente con aquellos que habitualmente no suelen recibir muestras de respeto, como las personas sin estudio, las socialmente problemáticas o los vagabundos. Vete a los "lugares bajos que todos detestan" y abre tu mente cuando estés en ellos. Busca el Tao en todas las personas con las que te encuentres y haz un esfuerzo especial para aceptar a los demás, ser amable con ellos e inspirarles bondad.
Si adoptas una actitud pacífica, te recibiran con respeto. S haces un esfuerzo de verdad para evitar controlar la vida de los demás, estarás en paz y armonía con el orden natural del Tao. De esta forma, nutres a los demás sin tener que esforzarte. Sé como el agua, que te permite beber, regar, nadar, pescar, practicar el surf, vadear, flotar y hacer un sinfín de cosas más, sin intentar otra cosa más que no sea simplemente fluir.
Deja que tus pensamientos vaguen libremente
Olvídate de luchar contra lo que te da la vida, o de intentar ser otra cosa distinta de la que eres. En vez de eso, acepta ser como ese elemnto líquido que está presente por todas partes en tu físico. En Mensajes del agua, Masaru Emoto nos explica que somos agua y que el agua quiere ser libre. Este autor a explorado a fondo las reacciones de esta sustancia señalando que, mediante el respeto y el amor, podemos literalmente cambiar su proceso de cristalización. Si la almacenamos en un recipiente en el que estén impresas las palabras amor, gracias, o eres encantador, el agua se transforma en hermosos cristales radiantes. Pero si las palabras escritas en ese recipiente son idiota, Satanás, o te voy a matar, los cristales se rompen y se deforman confundiendoce entre sí.
Las implicaciones del trabajo de Emoto son extraordinarias. Dado que la conciencia habita dentro de nosotros y que somos básicamente agua, si nuestras intenciones no son ecuánimes exixte la posibilidad de que puedan tener una influencia destructiva sobre todo el planeta ( y fuera de él). Como diría nuestro creador, el Tao eterno: "Soy el agua de la vida, vertida para calmar la sed de los hombres".
Practica el Tao, ahora.
Bebe agua en silencio, imaginándote que con cada sorbo alimentas a los demás, de la misma manera que los arroyos dan vida a los animales y la lluvia la da a las plantas. Date cuenta de la cantidad de lugares distintos en los que hay agua para servirte mientras fluye con naturalidad. Realiza una plegaria de gratitud hacia esa sustancia que sostiene la vida en su flujo permanente.
Fragmento de:
"Nuevos pensamientos para una vida mejor"
La sabiduría del Tao
Wayne W. Dyer
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