Venid, llenad la Copa, y el Fuego de Primavera.
Echad el Manto Invernal de Arrepentimiento:
El Ave del Tiempo sólo tiene un corto camino para volar...
Y ¡mirad!, el Ave está tendiendo sus Alas.
PARÁFRASIS:
¡Venid, llenad la Copa de Conciencia con el vino divino de bienaventuranza! Abandonad vuestros deseos mentales (engañosos, por ser siempre decepcionantes), y arrojad al fuego crepitante del nuevo entusiasmo espiritual vuestro manto de penitencia, por haberos entragado a ellos alguna vez.
Este manto invernal, frío por las ventiscas de los placeres sensoriales que hielan el alma, sólo congelaría en inmovilidad los plapitantes latidos de bienaventuranza de vuestros corazones. Revelad los sentimientos, ahora, a céfiros primaverales de esperanza y aspiración divinas.
No malgastéis estos pocos preciosos años terrenales. El ave de la vida no tiene más que un breve lapso para volar. Pronto-ah, ¡cuan tristemente pronto! - se desprenderá de su forma terrena y se desvanecerá en el Infinito.
SIGNIFICADO AMPLIADO:
¿Por qué arrepentirse del pasado?. Ya se ha ido y jamás puede volver. No congeles tus esfuerzos espirituales en una formalidad sin vida, con actos de penitencia. En cambio, cólmate de un cálido y primaveral entusiasmo por la búsqueda espiritual. Mientras todavía vivas en éste cuerpo, enséñale al ave de la vida a cantar el santo nombre de Dios omniprotector.
¡Oh, devoto!, no vueles más en círculos sin rumbo por sobre las riberas de la muerte, sin tener en cuenta algún propósito verdadero y perdurable en la vida, para no precipitarte por fín hacia tu destrucción en esa oscura y rocosa costa. Mas bien, ebrio de éxtasis y llevado en vuelo por divinas corrientes de bienaventuranza, remóntate con firmes aleteos hacia las distantes playas de la inmortalidad.
CLAVES PARA EL SIGNIFICADO:
Llenad la Copa - Embiaga tu conciencia con la bienaventuranza interior.
El Fuego de la Primavera - El fuego del nuevo entusiasmo espiritual.
El Manto Invernal del Arrepentimiento - Un continuo estado negativo de arrepentimiento por pasados desatinos, hiela la cálida bienaventuranza del alma, desanimando todo esfuerzo espiritual positivo.
El Ave del Tiempo - La vida humana, con sus interminables contrastes y cambios.
Tiene un corto camino para volar - Es de poca vida.
El Ave está tendiendo sus Alas - La vida pasa volando. ¿Ha de volar sin rumbo el ave de tu vida, ignorando cualquier propósito claro o constante? ¿O sacará provecho de estos pocos y preciosos años terrenales?.
COMENTARIO:
Es importante que el devoto entienda que el arrepentimiento, en sí mismo, no está mal. En realidad, es un primer paso necesario en el sendero espiritual; implica un positivo alejarse del error para abrazar una nueva vida en Dios.
A lo que Omar Khayyam se refiére aquí - como Paramahansa Yogananda explica - es a ese estado mental negativo en el que uno continúa dando testimonio de su culpabilidad por equivocaciones pasadas, en lugar de comprometerse resueltamente a corregirlas. Ratificar la culpabilidad es acepat el error como si fuese la realidad misma. Es negar el propio poder interior, con la ayuda de Dios, para producir cambios benéficos.
Cierta devota cometió una vez lo que otros, y después ella misma, consideraban que era un pecado espiritual. Cuando más tarde fue desafiada a que explicase su atrevimiento, al mostrarse nuevamente ante sus compañeros devotos, ella respondió: "¿Esperan acaso que adore mis errores?". Su réplica demostró el coraje de un verdadero buscador.
Una conciencia que se siente culpable - así lo han declarado todos los grandes Maestros espirituales - debe ser reorientada, de modo que sirva a fines positivos. Puede ser convertida en un incentivo para el éxito final, y no debe aceptarse con debilidad, con una actitud de autosentencia.
Nunca te digas a ti mismo: "He fallado! ¡No sirvo!". En su lugar, afirma vigorosamente: "¡Todavía no he tenido éxito!". Entonces promete: "Mientras aún el aliento fluya por mi cuerpo, lo intentaré de nuevo, ¡y de nuevo y de nuevo!".
Porque tú no eres tus equivocaciones. ¡Reclama tu potencial perfección del alma en lo Divino!.
Como Yogananda les decía con frecuencia a sus discípulos: "¡Un santo es un pecador que jamás se dio por vencido!".
Extracto del Libro:
"Los Rubaiyat de Omar Khayyam,
explicados por
Paramahansa Yogananda"
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