Piénsate como un río que debe avanzar inexorablemente...
Eliges esquivar los montes, tratando de encontrar el cauce de menor resistencia.
Las dificultades son como las piedras que encuentras. Si las arrastras acabarán por juntarse como un dique que entorpecerá tu marcha. En cambio si las superas una a una a medida que van apareciendo, tu fluir será constante y el torrente cristalino,
como si en el roce con cada piedra aumentara su brillo.
Puedes sentir culpa y considerarte indigno de ese brillo y entonces
encontraras fango para enturbiar tus aguas.
Puedes hacerte perezoso y demorar largamente en la llanura,
hasta perder tu rumbo en los esteros.
Puedes ser demasiado intrépido y caer en cascada por la pendiente
o internarte en tortuosos cañadones que te irán hundiendo.
Puedes endurecer el Alma hasta convertirte en hielo o dejar que apague tus caricias el desierto.
Eliges esquivar los montes, tratando de encontrar el cauce de menor resistencia.
Las dificultades son como las piedras que encuentras. Si las arrastras acabarán por juntarse como un dique que entorpecerá tu marcha. En cambio si las superas una a una a medida que van apareciendo, tu fluir será constante y el torrente cristalino,
como si en el roce con cada piedra aumentara su brillo.
Puedes sentir culpa y considerarte indigno de ese brillo y entonces
encontraras fango para enturbiar tus aguas.
Puedes hacerte perezoso y demorar largamente en la llanura,
hasta perder tu rumbo en los esteros.
Puedes ser demasiado intrépido y caer en cascada por la pendiente
o internarte en tortuosos cañadones que te irán hundiendo.
Puedes endurecer el Alma hasta convertirte en hielo o dejar que apague tus caricias el desierto.
Entonces...
Quiérete puro y serás transparente.
Imagínate generoso y fertilizaras los campos.
Renuévate fresco y calmaras la sed.
Fíjate un rumbo y llegarás a destino.
Piénsate guía y conduirás a otros.
Suéñate espíritu y despertarás nueva vida.
Quiérete puro y serás transparente.
Imagínate generoso y fertilizaras los campos.
Renuévate fresco y calmaras la sed.
Fíjate un rumbo y llegarás a destino.
Piénsate guía y conduirás a otros.
Suéñate espíritu y despertarás nueva vida.
(Fragmento del libro
*El Regreso del Joven Principe*
de A.G. Roemmers)